Fue una mujer muy rica y distinguida, procedente de una familia gallega destacada y con una especial relación con la catedral compostelana.
A pesar de ser conocida coloquialmente como Xoana “a Desamada”, ya que su matrimonio con Pedro I duró tan solo una noche, fue reina hasta el fin de sus días.
Se desconoce el momento en que el enterramiento de Xoana de Castro acabó incorporado al Panteón Real, si fue desde un principio o, después, en el momento de su traslado a su actual localización. Originalmente, la tumba no fue pensada para estar arrimada al muro, pues está esculpida por sus cuatro caras con numerosos escudos heráldicos y un programa iconográfico centrado en la vida de Cristo.
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